Londres

Londres en tres días


Londres, una de las capitales más pobladas del mundo, tiene ese encanto oscuro y extraño que cautiva a todo el que lo visita. Sus calles tienen historias grabadas, desde la Peste Negra, el gran incendio de Londres o el las bombas caídas en la Segunda Guerra Mundial, allí donde piséis, ¡Londres no os dejará indiferente!

Si vais con el tiempo muy justo, y no os orientáis muy bien, os recomendamos alguno de los tours ‘gratuitos’ (se paga al final del tour según valoremos lo que se merezca nuestro guía) que os enseñan Londres caminando. Nuestros favoritos: ‘Te lo cuento de camino’ o Sandemans, ambos disponibles en castellano.

Si preferís ir a la aventura, Londres no tiene pérdida, sacad ese instinto aventurero y si os perdéis ¡a tirar de Citymapper! Es una app de transporte superrecomendable, que os dice la ruta más rápida de transporte para llegar de un destino a otro, y lo más importante, si alguna línea está cortada o en obras, ya que suele ser muy común en fines de semana ¡por desgracia!

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Ésta es la ruta básica que os propongo para el primer día en Londres

En Londres, veréis que el tiempo cambia rápidamente, se dice que podemos pasar por las 4 estaciones en un mismo día, ¡y es verdad! Además de ropa de abrigo, recomendamos calzado cómodo para poder caminar. Aunque hay metro conectando todos los puntos de Londres, recomendamos caminar entre los diferentes puntos del centro. Ahorraremos tiempo y dinero, perfecto para unas merecidas pintas en el pub al final del día. Para el metro, podéis usar las ‘tarjetas monedero Oyster’ que se consiguen en cualquier estación y vais recargando a medida que necesitéis, o bien tarjeta de crédito o débito adaptada a la divisa de Libra Esterlina con contactless, tipo ‘Revolut’. También existe la opción de usar las ‘Travel Card’ o bonos de transporte de un día o una semana (más caras, pero compensan si no os apetece caminar).

Primer día

Cambio de guardia de Buckingham Palace

Nos levantamos temprano para poder ver el cambio de guardia de Buckingham Palace (antes comprobad en la web las fechas y horario, ya que sale a días alternos). Llegamos un poquito antes para hacernos sitio entre la multitud de turistas, ¡es todo un espectáculo! Al acabar, cruzamos St James Park, y procuramos no entretenernos mucho con las ardillas y patos varios, para poder llegar a los ‘Establos Reales’ o ‘Horse Guards’. ¡Desde aquí ya se ve el London Eye! A las en punto, también podemos ver el cambio de guardia de los caballos, no tan imponente como el de Buckinham Palace, pero si merece unos minutos.

Caminamos hacia el Big Ben y Palacio de Westminster, donde encontramos al lado la Abadía de Westminster, dónde han tenido lugar la mayoría de los eventos, coronaciones y bodas de la realeza inglesa. En un lateral de la plaza, veremos la típica cabina roja londinense, en la que suele haber cola para hacerse una foto con el Big Ben de fondo, ¡nos merece la pena la espera!

Vistas del Big Ben y Parlamento desde la otra orilla del Támesis

Seguimos caminando cruzando el puente de Westminster, hacia el London Eye, si el día está soleado, y según presupuestos, las vistas desde la noria son impresionantes. Sino, podéis seguir caminando por Southbank, por la orilla del Támesis, hasta llegar al próximo puente (Waterloo Bridge), cruzando de nuevo a la otra orilla, donde ponemos dirección a Trafalgar Square. Esta plaza es inmensa, y está presidida por los leones de ‘Landseer’ (por su escultor) y la columna del Almirante Nelson, conmemorando la batalla de Trafalgar donde… sí, nos derrotaron. Dato inservible de trivial, el bronce de la columna proviene de la fundición de las armas incautadas a los españoles.

Por aquí, os recomendamos hacer una parada a fotografiar y descansar las piernas, o para los que aún tengáis energía, podéis entrar a disfrutar de las aproximadamente 200.000 pinturas de la National Portrait Gallery, de entrada gratuita (como todos los museos en Londres). Para comer barato, tenemos siempre a mano cualquier restaurante de comida rápida o cafeterías, pero si queremos algo más ‘British’, tenemos el pub ‘The Lord Moon of the Mall’ al cruzar la calle, dejando la plaza a nuestra espalda. Es uno de los tantos de la cadena Wetherspoon, sus menús rondan desde 5 a 8-9 libras, con bebida incluida, y múltiples opciones: desde hamburguesas o ensaladas, hasta ‘fish and chips’.

Uno de los famosos pubs de la cadena Wetherspoon, The Lord Moon of the Mall

Ahora, nos dirigimos hacia Leicester Sq, la famosa plaza que se viste de rojo con los estrenos de cine muy a menudo, y donde está la inmensa tienda de M&Ms, justo antes de entrar a China Town. Después de parar a por chocolate, podemos ir de compras visitando la kilométrica arteria consumista de Londres: Regent Street, uniendo desde Picadilly a Oxford Circus, y si esa calle nos sabe a poco, podéis seguir caminando hasta Marble Arch. Nos encontraremos con, entre otros, los famosos almacenes Selfridges, casi tan lujosos y prohibitivos como Harrods (en Knightsbridge), y también de visita indispensable, la juguetería más antigua y grande del mundo, ‘Hamleys’.

Nosotros decidimos dejar las compras para última hora, y usamos nuestras últimas fuerzas para seguir caminando hasta Covent Garden y Seven Dials, a solo diez minutos de aquí. Este antiguo mercado y las calles que lo rodean tienen un encanto inigualable, aunque el premio gordo se lo lleva Neal’s Yard, un pequeño oasis de color oculto entre las calles londinenses. Como ya se nos echa la noche encima, decidimos parar aquí y disfrutar del encanto de las calles londinenses y su ambiente, ¡hay que dejar algo para ver mañana!

Segundo día

Neal’s Yard

Después de la caminata de ayer, cogemos fuerzas con un buen desayuno inglés (solo si tenéis el estómago a prueba de bombas), y nos dirigimos hacia el metro. Si os sentís valientes, podéis también coger algún bus, ya que están incluidos en la tarifa de vuestra ‘Oyster’, y tener la típica foto del ‘double-decker’ o buses de dos pisos. Con la app ‘Citymapper’, que ya os nombramos en la primera parte, os aparecen todas las posibles combinaciones para vuestro viaje, tanto si queréis metro o solo bus.

Nuestra propuesta de ruta para el segundo día

En el mapa de la imagen superior, podéis ver la ruta que os sugerimos para el segundo día por Londres. Una vez ya en Tower Hill Station, nos acercamos para ver la Torre de Londres. Solo la vemos por fuera, ya que el precio de las entradas nos parece excesivo, pero si decidís entrar, las entradas por la web oficial son más baratas que en taquilla (adultos 24 libras en vez de 28), ¡así que planead vuestra visita! Esta torre, fue conocida durante más de 900 años como ‘la Torre del Terror’, ya que aquí se encarcelaban a todos aquellos que ofendían al Rey, y pocos salían con vida para contarlo. Dentro de la Torre, encontraréis diversos instrumentos de tortura y podréis visitar las mazmorras. Por supuesto, también encontraréis aquí las famosas Joyas de la Corona (Crown Jewels), de incalculable valor. Se dice que cuando los cuervos abandonen la Torre de Londres, caerá la Corona, por lo que, como buenos ingleses supersticiosos, el conocido Ravenmaster o Maestro de los Cuervos se encarga de cuidarlas y se cree que tienen algún extremo de las alas cortado para evitar que así escapen.

Seguimos caminando hasta el ‘Tower Bridge’ o Puente de la Torre, el icónico puente levadizo de Londres que os dejará con la boca abierta. Se puede visitar por dentro, pero es una pequeña exposición sobre su historia que para nosotros no merece la pena. Para ver como se levanta, en su página web aparecen los horarios en los que se planifica su apertura por el paso de algún gran barco por el Támesis.

Vistas del Tower Bridge iluminado

Después de hacer una veintena de fotos y selfies, caminamos por la orilla del río para encontrarnos el barco HMS Belfast, un barco de la marina británica que está anclado en el Támesis, y participó como poderoso buque destructor en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra de Corea. Se puede visitar por dentro por unas 16 libras para adultos o 12.80 para estudiantes.

Continuamos caminando por el paseo del río, y nos encontraremos con el ‘Shakespeare’s Globe Theatre’, la mejor reproducción del teatro original construido en 1599, a solo 200 metros de éste, y que más tarde fue devorado por las llamas, donde Shakespeare interpretó la mayoría de sus obras.

Ahora, podemos parar a ver el Museo Nacional Británico de Arte Moderno o ‘Tate Modern’, de entrada gratuita, donde encontraremos obras de Picasso, Warhol, Dalí y Mark Rothko entre otros. O bien, si no os interesa el arte, podéis seguir caminando hacia St. Paul’s Cathedral o Catedral de San Pablo, cruzando el Millennium Bridge (el cual seguro que os suena si sois fans de Harry Potter, ya que aparece en la famosa saga y es destruido por Voldemort). La Catedral de Londres es inmensa, la veréis de frente al cruzar el puente, y es la segunda catedral más grande del mundo, solo por detrás de la Basílica de San Pedro en Roma. La visita es obligada, aunque solo podréis entrar de manera gratuita si vais a alguna de las misas. Podéis encontrar los horarios en su web.

Para comer, volvemos sobre nuestros pasos hacia ‘Borough Market’, abierto de lunes a sábados, aunque con muchos más puestos de comida desde miércoles a sábado. Es un mercado de comida y diferentes puestos de frutas y verduras, cuya historia se remonta hasta la Edad Medieval en una ubicación muy cercana, y aunque llegó a ser cerrado, fue reabierto por un grupo de vecinos de este barrio (‘Southwark’) en su actual ubicación. Muy cerquita de aquí, nos encontramos el Ayuntamiento y también la Catedral de Southwark, unas calles llenas de encanto, perfectas para darnos un paseo después de comer. Al lado, tenemos uno de los famosos rascacielos, ‘The Shard’, el cual se puede visitar aunque suele haber colas kilométricas para entrar.

Nosotros decidimos aprovechar el día soleado y seguimos caminando, cruzando esta vez el puente de Londres o ‘London Bridge’, hacia la ‘City de Londres’, donde encontramos rascacielos mezclados con pubs y cafeterías llenos de vida. Entre ellos, están los ‘Sky Garden’ (de los que podéis encontrar entradas gratuitas en su página web que hay que reservar con antelación), el St Mary Axe’ o conocido como ‘The Gherkin’ o ‘Pepinillo’ por su forma; y la ‘Heron Tower’, con un restaurante-coctelería llamado Sushisamba, de precios elevados aunque las vistas y su ascensor de cristal hasta la planta 39 merecen la pena, ¡no apto si tienes vértigo!

Vistas desde Sushisamba

Para acabar el día, aún nos queda energía para continuar con algunas compras por Picadilly’ y ‘Oxford Circus’, disfrutando de las luces de Londres por la noche, y tomándonos una pinta por las concurridas calles de ‘Soho’, con su famosa ‘Carnaby Street’, siempre decorada. Para cenar, podéis encontrar muchísimos restaurantes, nosotros nos decantamos por una pizzería escondida en otro patio ‘con encanto’, ‘Kingly Court’, y su famosa Pizza Pilgrims. ¡Coged fuerzas para nuestro último día!

Tercer día

Aquí os dejamos, por último, los lugares turísticos más importantes que nos quedarían por ver para todos aquellos que dispongáis de un día extra por la capital. Según se nos plantee el día con su clima londinense, podemos alterar el orden de las visitas.

Nuestro día comienza en el British Museum, a primera hora para poder evitar las colas de turistas contemplando la famosa ‘Piedra Rosetta’ o los restos griegos del Partenón. Este museo recibe 6.5 millones de turistas al año, así que podéis haceros una idea de la cantidad de gente con la que os vais a cruzar. Como todos los museos en Londres, la entrada es gratuita, un aliciente para culturizarnos un poco. No olvidéis consultar los horarios. 

Muy cerquita, para los “Pottermaniacos”, tenemos la famosa estación de King’s Cross, donde dentro encontrareis el andén 9 y 3/4. También recordaréis de la película de Harry Potter, el edificio St. Pancras, que aunque en la película parece ser una estación, en realidad es un lujoso hotel reformado.

Desde aquí, podéis coger la Northern Line o bien un autobús londinense (con ayuda de nuestra queridísima app Citymapper) hasta Camden Town, donde se encuentra el famoso Camden Market. Aquí os podréis perder durante horas por los cientos de puestos únicos, perfecto para comprar souvenirs y regalos a la familia y quedar como un señor. Cuando os aburráis, y después de perderos mil veces por los callejones de estos antiguos establos reconvertido en mercado, podéis sentaros a comer en los puestos de Camden. Hay comida de todas las partes del mundo, aprovechad a probar esos platos raros que nunca os habíais atrevido antes. Como veis, Londres no os dejará indiferente.

Calles de Camden

Y ya para rematar el día, planes para gustos colores. Salir de fiesta por la zona más de moda de Londres, Shoreditch; o acercaros de nuevo a despedir las luces de Piccadilly y de paso, unas copas por Soho (que no tiene nada que envidiar a Shoreditch).  Para los que buscáis un plan más calmado, no nos podemos olvidar de los almacenes Harrods, inmensos y aunque no nos podemos permitir comprar nada: ¡Mirar es gratis! Y la fachada iluminada de noche, es digna de admirar.

Si lo que os gusta son los centros comerciales y las tiendas, tras visitar Harrods, nos quedan unos cuantos para quemar la tarjeta: Selfridges, Debenhams, Jonh Lewis, House of Fraser, Liberty, Westfield e increíblemente, todos tienen gente a todas horas comprando de manera compulsiva, así que armaros de paciencia y a buscar esa ganga.

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